Definición de cólico menstrual

El cólico menstrual, conocido en el ámbito médico como dismenorrea, se define como el dolor que se presenta en la parte baja del abdomen justo antes o durante la menstruación. La dismenorrea puede ser primaria o secundaria. Se le denomina primaria cuando no existe patología que cause este dolor, es decir, se presenta por factores “fisiológicos”. La secundaria es debido a alguna patología, casi en su totalidad debida a una condición llamada endometriosis.
La mayoría de las mujeres tienen cólicos en mayor o menor grado de intensidad. Es difícil determinar cuando son normales y cuando no lo son, ya que cada quien percibe el dolor de manera muy diferente. En general, los cólicos no deben ser normales cuando:
Imposibilitan realizar las actividades cotidianas, llámese estudiar, trabajar, ejercicio, divertirse, etc
Van en aumento progresivo
Se acompañan de otros síntomas como el dolor pélvico diferente del cólico menstrual, sangrados irregulares, infecciones recurrentes, malestar general, etc
Se tiene que permanecer en cama 1-2 días al mes
Se requiere de múltiples medicamentos analgésicos para aliviar la molestia
Se acompaña de infertilidad o de alguna anormalidad anatómica encontrada durante la revisión médica
Debido a los eventos fisiológicos y bioquímicos que ocurren cuando una mujer menstrúa, es normal que pueda exixtir cierto malestar o “cólico”, pero definitivamente, éste no debe de ser como lo antes mencionado.
¿Hasta dónde hay que aguantar las molestias?

La respuesta de esto la tiene cada mujer. No es justo ni necesario tener que estar “aguantando” un dolor, para muchas terrible, mes con mes y solo estar esperando con nervio y ansia la llegada del siguiente. Como se mencionó, puede existir una leve molestia que no imposibilite las actividades cotidianas y sea fácilmente controlable. Mas allá de esto, el dolor debe de ser tomado en consideración y cada mujer buscar ayuda profesional al respecto.

¿Qué tan comunes son y quiénes los padecen con más frecuencia?

La dismenorrea es por mucho, el padecimiento ginecológico más frecuente en las mujeres que menstrúan. Es tan común, que muchas mujeres ya no lo reportan o mencionan a sus médicos por considerarlos normales. La prevalencia de este dolor se estima que sea cerca del 90% de las mujeres que menstrúan. Un estudio reciente realizado a mujeres universitarias reveló que el 72% de los ciclos monitorizados (por ellas mismas) eran dolorosos, generalmente durante el primer día de la menstruación y el 60% de las mujeres reportaron por lo menos un episodio de dolor severo. Se menciona mucho de los factores de riesgo para presentar los “cólicos”, como las hijas de madres que los padecieron, las fumadoras, las que empezaron a reglar más tempranamente, las que reglan mucho en cantidad o duración, alcoholismo, obesidad, entre otros factores. Hasta la fecha, estos factores aún no han sido comprobados en su totalidad.
Mitos comunes

Los “cólicos” siempre han sido tema de conversación entre amigas, madre e hija, hermanas, familiares, vecinas, etc. Pocas veces se hablan de éstos en una consulta médica, llámese con el pediatra, médico familiar o ginecólogo. Por lo mismo, no deja de existir mucha desinformación y mitos al respecto. Asimismo, existe una falta de conocimiento por parte de la comunidad en general, incluyendo la médica, con respecto a la incidencia y a las repercusiones que trae consigo esta condición, lo que conlleva generalmente a un tratamiento inadecuado.
Los mitos más comúnmente escuchados son los siguientes:
“Todas las mujeres pasan por lo mismo!”
“Todo esta en tu cabeza”
“Si ellas pueden con el dolor, porque yo no?”
“Cuando te cases, se te pasarán!”
“Yo creo que todo esta en mi cabeza!”
Estos sólo les da a las mujeres “educadas”!
Y muchos más…..
Muchas mujeres se podrán sentir familiarizadas con estas frases o expresiones. Lo cierto es que no dejan de ser mitos, es decir, no son realidades!!!! La mujer, desde que empieza a reglar, se habitúa a escuchar estas frases, por lo que “aprende” a vivir con los cólicos de alguna u otra manera y a hacerse a la idea de que si se queja o busca ayuda será considerada de las personas “rara” que buscan solución a una situación que siempre ha sido parte del hecho de ser mujer o bien, por el castigo de Eva.

Repercusiones en la vida de la mujer

Es una causa común de ausentismo en las escuelas en las adolescentes y de una disminución de la calidad de vida de las mujeres en general. En un estudio, el 42% de las mujeres reportaron ausentismo o pérdida de actividad en por lo menos una ocasión. En otros estudios, el ausentismo va desde un 34 a un 50%. En un estudio más antiguo, la dismenorrea fue la causa de 600 millones de horas perdidas y de 2 billones de dólares de productividad perdidos anualmente. Existen otros factores difíciles de medir estadísiticamente, como la calidad de vida, la funcionalidad en el deporte, trabajo, ambiente de amistades, matrimonio, etc. El cólico menstrual y el dolor pélvico crónico probablemente sean una causa de discusión en el matrimonio, ya que estos pueden conllevar a malentendidos, porque el esposo pudiera no comprender lo que le pasa a la mujer cuando tiene estos síntomas. A nadie le pueden decir que es normal tener que pasar 1-2 días al mes (muchas veces más) en cama tomando analgésicos, con malestar general, sin posibilidad de ir a trabajar ni de hacer casi nada. Muchas veces estas mujeres viven deprimidas por el malestar y al intentar buscar ayuda les dicen que todo esta en su cabeza, y llegan a recetarles antidepresivos. Lo cierto está en que una mujer que tiene que pasar mes con mes por estos malestares y encima intentar mantener una armonía consigo misma y con su entorno, tiende a deprimirse tarde o temprano. Pero la depresión no es la causa de esto, es todo lo contrario. Ya existen bases fisiológicas para explicar cada acontecimiento en la mujer, por lo que no puede considerarse “psicológico” en su totalidad. La clave es buscar ayuda prontamente y si piensan que algo no es normal, no quitar el dedo del renglón e insistir en buscar ayuda, por más que les digan que es normal.
Causas de estos dolores “normales”

Por causas se refieren particularmente a los cólicos que se salen fuera de lo normal, anteriormente explicado. Cuando existe una causa patológica de los cólicos (dismenorrea secundaria), la principal, por mucho, es la endometriosis. Existen otras condiciones que pudieran provocar cólicos con la menstruación como problemas intestinales, urinarios, entre otros, pero al existir cólicos menstruales de causa patológica, se deberá pensar en endometriosis hasta no demostrar lo contrario.

¿Que es la endometriosis?

La endometriosis es una condición tradicionalmente denominada benigna que ocurre cuando el tejido que recubre internamente el útero (endometrio) y que se expulsa durante la menstruación, crece fuera de él, usualmente en otros órganos reproductivos dentro de la pelvis o en la cavidad abdominal. Así como el endometrio responde mes con mes a las hormonas para provocar la menstruación (en caso de no haber embarazo), en el caso de la endometriosis, este tejido implantado en otras áreas, también responde a las hormonas. A diferencia del sangrado menstrual el cual es extraído por el cuerpo vía vaginal, la sangre del tejido que está fuera de su lugar no tiene a donde irse, dando como resultado la inflamación o la hinchazón de los tejidos que rodean la endometriosis. Este proceso puede producir tejido cicatrizante alrededor del área, lo cual puede desarrollarse en lesiones o crecimientos. La endometriosis se presenta en el 15% de las mujeres en edad reproductiva. En Estados Unidos se estima que existan entre 5 y 12 millones de mujeres afectadas. En México, se estima que sean alrededor de 7 millones. Dentro de las mujeres que padecen de infertilidad, se presenta en el 20-40% de los casos y hasta en el 87% de las mujeres con dolor pélvico crónico y en más del 50% de las mujeres con dismenorrea (cólicos menstruales)
5-10% de las mujeres en la población
¿Como se si yo pueda tener endometriosis?

Los síntomas más comunes son los cólicos menstruales de moderados a severos y progresivos, dolor pélvico (diferente al dolor de cólico menstrual), dolor con las relaciones sexuales, infertilidad e irregularidades menstruales (sangrados irregulares o abundantes). Otros síntomas pueden incluir los trastornos intestinales variados (diarrea o estreñimiento con la menstruación), fatiga crónica, síndrome premenstrual, alergias, infecciones vaginales de repetición, problemas urinarios, cuadros de dolor crónico en otras áreas no ginecológicas, etc. Desgraciadamente, los síntomas no son típicos en todas las mujeres, inclusive, hay mujeres que pueden no tener síntomas y se les descubre la enfermedad cuando no pueden embarazarse y son evaluadas. Existen ciertos “tips” que pudieran orientar a la mujer (y al médico) de que la situación ya no es normal:
Cólicos que aparecen hasta después (después de los 25 años), cuando antes no se habían presentado.
Cólicos que van progresivamente en aumento
Cólicos fuertes que se corre el dolor hacia la espalda o piernas y/o se acompañan de síntomas intestinales como diarrea o estreñimiento con la menstruación o síntomas urinarios como dolor con la micción o infecciones urinarias de repetición
Sangrados irregulares o abundantes que el ultrasonido no revela patología
Dolor con las relaciones sexuales
Cólicos que no respondan ya al tratamiento médico convencional con analgésicos o anticonceptivos orales
La endometriosis es una enfermedad de amplio espectro, es decir, se manifiesta de muchas maneras y cada mujer lo experimenta de manera muy distinta. La manera de diagnosticarla tiene que ser por el ginecólogo experimentado. La historia clínica y la exploración física detallada deben proporcionar aproximadamente el 80% del diagnóstico. Existe un procedimiento quirúrgico llamado laparoscopía, el cual consiste en introducir por el ombligo un tipo de telescopio para poder visualizar el interior del abdomen y cavidad pélvica. Actualmente es considerado el procedimiento diagnóstico de elección para la endometriosis, sin restarle importancia al interrogatorio y a la exploración. Muchas veces la paciente misma es la que hace el diagnóstico al saber que algo anda mal. Ella misma le dice al médico que algo tiene, que no puede ser normal tanto dolor, por lo que es primordial escuchar a la paciente. En ocasiones la mujer tiene que pasar por múltiples regímenes de medicamentos, cirugías, remedios alternativos, apoyo psicológico, etc., hasta llegar al diagnóstico de endometriosis.

¿Cuáles son las alternativas de tratamiento?

El tratamiento debe de partir de un diagnóstico preciso. Como no se puede (ni debe) hacer cirugía laparoscópica a todas las mujeres, el juicio clínico del médico es muy importante, porque de ahí parte el tipo de tratamiento. Este deberá ser individualizado, dependiendo de las características de los síntomas, de la edad, de los deseos de fertilidad, de la profesión, etc. El tratamiento de primera elección son los analgésicos (advilMR naproxeno, syncolMR, profenidMR, etc). En algunos casos, los anticonceptivos hormonales pudieran ser la primera elección, ya que se ha visto que disminuyen la progresión de le endometriosis y ayudan a controlar los síntomas. Si estos medicamentos no funcionan se considera adecuado realizar una laparoscopía para corroborar el diagnóstico y al mismo tiempo tratar la enfermedad de ser posible. Otro tratamiento alterno es cortar un nervio que va hacia el útero (procedimiento denominado neurectomía presacra). Existen otros tratamientos que han sido utilizados con cierto grado de éxito llamados análogos GnRH, los cuáles tiene buenos resultados para el control de los síntomas de la endometriosis, pero que sus efectos secundarios pueden llegar a ser notorios. La opción de tratamiento dependerá de la experiencia del médico y de la respuesta al mismo. Es importante recalcar que la endometriosis tiende a recurrir con el tiempo, por lo que el hecho de que los síntomas hayan desaparecido después de algún tratamiento, no significa que la enfermedad ya este erradicada por completo.

¿Quién me puede ayudar?

La persona inicial que debe de ayudarla es usted misma. Si siente que algo no esta bien, acuda a consultar con su médico de confianza, para que el sea el encargado de llegar al diagnóstico y al mejor tratamiento, según su caso en particular. Si piensa que sus síntomas van más allá de lo normal, no dude en buscar ayuda con la persona que este dispuesta a dársela. Existen organismos internacionales y nacionales que se dedican a ayudar y a dar información a las mujeres que padecen de endometriosis,
Usted se merece tener una calidad de vida digna y merece tener las mismas oportunidades que los demás. Hay que recordar que el simple hecho de ser mujer conlleva a vivir y disfrutar la vida de manera muy especial, así como también a sacrificarse, pero no al punto de que este sacrificio sea un impedimento para vivir una vida sana y plena.