La diástasis se produce cuando los músculos rectos del abdomen se separan. Aunque lo habitual es que sea consecuencia del embarazo, cualquier persona puede tenerla. Es una condición muy común que puede tener diferentes causas, pero los embarazos suelen ser de las principales razones, sobretodo cuando ya nos varios embarazos, bebés muy grandes, embarazos gemelares o una edad superior a los 35 años.
Cuando no está relacionado con el embarazo ocurre debido a la debilidad de los músculos abdominales. Otros factores como el sedentarismo, la falta de tono en la pared abdominal, la mala gestión de las cargas, cirugías que afecten a la pared abdominal, exceso de peso u obesidad, distensión de las vísceras pélvicas y abdominales, inflamación intestinal, estreñimiento, gases o malas digestiones, son otras posibles causas. Los niveles hormonales y la calidad del tejido también son importantes condicionantes. Los músculos están influenciados por los cambios hormonales que ocurren durante el embarazo o al momento del ciclo menstrual, afectan de manera clara y directa al colágeno de los tejidos de su organismo”.
Durante el embarazo, el bebé va creciendo dentro del útero que pasa de 7 cm a 35 cm en 9 meses, además los cambios hormonales del embarazo (progesterona, relaxina y estrógenos) hacen que los rectos se vayan separando de la línea media y se produce un estiramiento del músculo que está justo debajo, el transverso profundo del abdomen (separa las vísceras de los “cuadritos”). Todo esto ocurre para que el bebé tenga espacio.

Después de dar a luz la teoría dice que todo debería volver a su sitio, pero a veces esto no ocurre. En ocasiones, el músculo transverso profundo queda flojito y los rectos no vuelven a su sitio, es entonces, cuando si haces un esfuerzo el contenido de la cavidad abdominal (intestinos, estómago…) se desplazan hacia fuera asomándose por el agujerito que queda entre los “cuadritos”.
Además de la posibilidad de herniación de las vísceras abdominales, puede ocurrir que duela la espalda o que el suelo pélvico se deteriore mucho, ya que la pared abdominal no es capaz de amortiguar los esfuerzos y se sobreestira el suelo pélvico dañándolo. Esto es a lo que llamamos diástasis de rectos, diástasis abdominal o diastasis recti.
La diástasis de rectos o diástasis abdominal es difícil de preveer, tiene una prevalencia de entre el 30 y el 70% de los embarazos. No subir mucho peso durante el embarazo, evitar los esfuerzos, una dieta rica en proteína y vitamina C junto con una correcta hidratación son los consejos más útiles a nivel de prevención.
¿Cómo identificar si tenemos diástasis abdominal y cómo prevenirla?

Más allá de un problema estético, que se manifiesta con un vientre flácido y aumentado en tamaño, la diástasis abdominal –relativamente habitual en el posparto– es un problema de tipo fisiológico ya que puede provocar disfunciones del suelo pélvico. Unas disfunciones que van desde la incontinencia urinaria o el dolor pélvico a una deficiente estabilidad, dolores de espalda o problemas de tipo digestivo. Para muchas personas, practicar deporte, un simple estornudo o un esfuerzo extra se convierten en un imposible cuando la diástasis de rectos llega a sus vidas.

¿Cómo se diagnostica la diástasis abdominal? Podemos realizar un sencillo test previo en casa: “Recostarse boca arriba sobre una superficie que no sea demasiado blanda, con las rodillas en flexión y las plantas de los pies apoyadas cerca de los glúteos, ponemos las yemas de los dedos en el abdomen justo encima del ombligo. A continuación hacemos una abdominal tradicional y con las yemas de los dedos palpamos los rectos abdominales. Si entre estos dos músculos existe una separación de más de dos dedos es probable que exista una diástasis abdominal”

¿Cómo podemos prevenir o tratar la diástasis abdominal?

Durante el tratamiento para corregir la diástasis abdominal también se recomienda:
Mantener una buena postura de pie y sentada;
Mantener la contracción del músculo transverso abdominal durante todo el día. Para esto sólo necesitas intentar aproximar el ombligo a la espalda, metiendo la pansa principalmente cuando esté sentada, pero debe mantener esa contracción durante todo el día;
Evitar al máximo doblar el cuerpo hacia adelante como si hiciera un abdominal tradicional porque empeora la diástasis;
Siempre que necesite agacharse para agarrar algo del piso, doble las piernas y agáchese con el cuerpo entero para no inclinar el cuerpo hacia adelante;
Sólo cambie el pañal del bebé en una superficie alta como un cambiador de pañales, o si es necesario cambiarlo en la cama, manténgase de rodillas en el piso para no inclinar el cuerpo hacia adelante;
Use una faja post-parto durante la mayor parte del días e inclusive para dormir, pero no olvide mantener la barriga hacia adentro para fortalecer el transverso abdominal durante el día.
Además de esto es importante no realizar ejercicios de abdominales tradicionales, ni el abdominal oblicuo para no empeorar la diástasis.
Tiempo de tratamiento
El tiempo de tratamiento puede variar según el tamaño de la diástasis, y a que cuanto mayor sea el espacio entre los músculos, más difícil será promover la unión de las fibras sólo con ejercicios o fisioterapia. Sin embargo, en diástasis con menos de 5 cm, si el tratamiento se realiza diariamente, en aproximadamente 2 a 3 meses será posible observar la disminución de la separación.
Complicaciones de la diástasis
La principal complicación de la diástasis abdominal es el surgimiento del dolor de espalda en la región lumbar. Este dolor ocurre porque los músculos abdominales actúan como una cinta natural que protege la columna al caminar, sentarse y hacer ejercicios. Cuando este músculo es muy débil, la columna se sobrecarga y hay un mayor riesgo de desarrollar una hernia discal. Por esto, es importante realizar el tratamiento, promoviendo la unión y el fortalecimiento de las fibras abdominales

Si nada de lo anterior funciona, siempre se podrá recurrir a la cirugía estética para corregir este problema.